Preguntas frecuentes
Dispositivos antienvejecimiento
Los dispositivos antienvejecimiento utilizan tecnologías avanzadas como la radiofrecuencia (RF) o el ultrasonido para estimular la producción de colágeno y aumentar la elasticidad de la piel. Al penetrar en las capas más profundas de la piel, estos sistemas antienvejecimiento activan el proceso natural de regeneración, reduciendo las líneas de expresión, las arrugas y la flacidez.
Los dispositivos de radiofrecuencia (RF) ayudan a combatir el envejecimiento generando calor en las capas más profundas de la piel mediante energía eléctrica. Esta producción de calor estimula los fibroblastos de la dermis para que produzcan nuevas fibras de colágeno y elastina, esenciales para la elasticidad y firmeza de la piel. La lesión térmica controlada de la energía de RF desencadena una respuesta de cicatrización de heridas, lo que conduce a la remodelación del colágeno y, con el tiempo, a una piel más tersa y firme. El aumento de las fibras de colágeno también reduce la aparición de líneas de expresión y arrugas, mejorando la textura y elasticidad general de la piel.
Los dispositivos de ultrasonido ayudan con el antienvejecimiento mediante ondas sonoras de alta frecuencia que penetran profundamente en la piel, alcanzando la capa del Sistema Musculoaponeurótico Superficial (SMAS) y más allá. La energía ultrasónica genera calor a niveles específicos de la piel, provocando una contracción tisular inmediata e iniciando una respuesta de curación natural. Este efecto térmico estimula la actividad de los fibroblastos, lo que conduce a la producción de nuevas fibras de colágeno y elastina durante los meses siguientes. La producción continua de colágeno produce un rejuvenecimiento y una firmeza progresiva de la piel, proporcionando un efecto lifting similar al de un lifting facial quirúrgico. Estos dispositivos antienvejecimiento para el cuidado de la piel pueden actuar con precisión en diferentes niveles de la piel, lo que permite tratamientos personalizados según las necesidades individuales.
Los dispositivos antienvejecimiento como el AMIRO U1 UltraLift y el AMIRO S2 Seal están diseñados principalmente para tratamientos faciales. Pueden tratar eficazmente diversas zonas del rostro, como la mandíbula, las mejillas, los pliegues nasolabiales, las patas de gallo y otras zonas propensas a la flacidez y las arrugas. Si bien estos dispositivos se centran en el rejuvenecimiento facial, algunos dispositivos de radiofrecuencia también pueden utilizarse en otras partes del cuerpo, como el cuello y el escote, para mejorar la textura y la firmeza de la piel.
Sí, los dispositivos antienvejecimiento AMIRO pueden ser adecuados para personas con piel sensible, siempre que estén diseñados con modos suaves y las medidas de seguridad adecuadas. El AMIRO S2, por ejemplo, incluye un Modo Piel Sensible que combina radiofrecuencia, microcorriente y terapia de luz azul para reparar y calmar suavemente la piel sensible.
Si bien las cremas antienvejecimiento ofrecen beneficios tópicos, los dispositivos antienvejecimiento proporcionan una penetración más profunda y resultados más específicos. Con el uso constante, estos dispositivos antienvejecimiento caseros pueden ofrecer mejoras más significativas y duraderas en el tono, la textura y la elasticidad de la piel, en comparación con las cremas solas.
Los dispositivos antienvejecimiento caseros ofrecen una forma cómoda y no invasiva de mejorar la firmeza de la piel y reducir las arrugas desde la comodidad de su hogar. Estos dispositivos proporcionan resultados graduales y naturales al estimular la producción de colágeno con menores niveles de energía, garantizando así seguridad y facilidad de uso.
En cambio, los tratamientos profesionales como el bótox y los rellenos dérmicos ofrecen resultados más inmediatos, pero presentan varias desventajas. Si bien ofrecen efectos más rápidos y específicos para la reducción de arrugas y la restauración del volumen, implican costos más altos y requieren retoques regulares debido a su naturaleza temporal. El bótox y los rellenos también pueden causar efectos secundarios como hematomas, hinchazón, enrojecimiento y, en casos excepcionales, complicaciones más graves como párpados caídos o asimetría. Los procedimientos pueden ser incómodos y existe riesgo de infección. Además, no abordan problemas subyacentes de la salud de la piel, como la textura y la elasticidad, y dependen en gran medida de la habilidad del profesional para evitar resultados deficientes o irregularidades.